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Corría
el año 1678 cuando el escuadrón encabezado por Don Diego de Shipper se adentró
en las islas de Wika y Zink.
Lograron acampar en estas islas y salir de su ciudad natal, Crustold, la
cual fue devastada por los franceses. Esas islas no estaban habitadas, asique a
través de diferentes viajes, todas las personas que vivían en Crustold acabaron
viviendo allí.
Un día, mientras el capitán y el resto de la gente trabajaba en el campo,
este vivió una secuencia que no olvidaría. Murió a la vista de sus ojos un niño
al ir corriendo a su padre para que este le diese tiempo para poder seguir
viviendo. El tiempo del niño se agotó, pero el capitán juró que eso no iba a
quedar así.
Si explicamos el origen del pueblo de Crustold, tenemos que decir que era
una civilización trabajadora y que a través del sacrificio y de la constancia
logró tener el apoyo de los demás pueblos, lo cual hizo que nunca les faltara
tiempo y que su población fuera casi inmortal.
Pero todo esto cambio el día que los franceses decidieron ir a por ellos
y destrozar la ciudad.
La misma noche del fallecimiento del niño, todos los hombres y mujeres
que estuvieran en posesión de tiempo suficiente para ir hasta Francia y luchar
por su pueblo, tenían el deber de vengar la muerte del joven.
Ninguno de los integrantes tuvo piedad y arrasaron con todo lo que
encontraron por su paso, centrándose en llevarse el tiempo que tenia de vida
cada uno de los franceses para así poder alargar la de los habitantes de su
pueblo.
A la vuelta, el capitán Don Diego no se sentía bien con lo que habían
hecho, puesto que las represalias las vivieron en sus carnes los franceses, y
no los gobernantes que decidieron ir a por ellos anteriormente.
Al día siguiente, decidieron atacar las islas de alrededor de Francia y a
los gobernantes de esta, los mismos que se aprovechaban del trabajo de los
ciudadanos franceses para tener una vida llena de lujos.
Así, el capitán Don Diego se convirtió en un héroe, no solo para el
pueblo de Crustold, sino también para las personas de los diferentes países que
veían en él al líder que nunca habían tenido y que se preocuparía porque
llevaran el nivel de vida que cada uno se mereciese.
La manera de acabar con las personas que habían tenido una vida de lujo aprovechándose
del resto de la gente no era la de matarlos, sino que les cogían el tiempo que
poseían con la finalidad de dárselo a los trabajadores. Les dejaban uno a uno,
según los fueran capturando, con tan solo un día de vida en la isla, la cual el
mismo denominó “Cautiverio”.
No encontró el apoyo de ningún país, puesto que los máximos mandatarios
de estos tenían miedo de que cualquier día fuesen a por ellos. Esto al
principio resulto un grave problema para el capitán, puesto que algunos países
poseían tanto tiempo que podían comprar lo que quisiesen, y tenían armas que
ellos no podían permitirse.
Entonces fue cuando decidió ir poco a poco e ir arrasando las poblaciones
más pequeñas, para así con la ayuda de la gente de esos pueblos que veían en él
a la persona por la que querían luchar, poder llegar hasta los países más
poderosos.
Cada día iban llegando más y más gobernantes los cuales abusaban del poder
que tenían, hasta que el capitán Don Diego, con ayuda de su tripulación y de
las personas que iban sumándose a esta, acabaron con las injusticias en el
mundo y la isla de “Cautiverio” se quedó sin tiempo.
Imagen
obtenida de : https://historia-arte.com/obras/la-persistencia-de-la-memoria
NACOR SEGURA CASTELLANO
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