Fantasía moral- El Bosco
En este rincón del mundo no existen las reglas ni las leyes,
no hay gobernantes ni reyes, la libertad está presente en cada segundo del día
y parece que el ambiente tiene cierta armonía. Es un lugar fantástico, poco
frecuente y original, los seres que habitan en ella viven de manera singular;
no existe ni la luz ni la oscuridad, ni el bien ni el mal, todos hacen y dicen
a su libre albedrío pues no hay nada que se deba juzgar.
Cuando sales a pasear no puedes dejar de observar, ya que
aquellos que te rodean están moviéndose sin parar, tienes que estar alerta pues
cualquier cosa puede pasar, desde un ángel que habla hasta un animal paseando
por el mar.
Es curioso aquello que ves, las historias que cuentan no
tienen ni cabeza ni pies. Además, puede que si prestas cierta atención
escucharás una dulce y tenue canción. Cuenta la leyenda que en este mundo
pierdes la cabeza, suenan gritos con una cierta belleza; si miras al cielo el
color rojo te impactará, como un río de fuego tú lo verás, si andas por la
calle intenta no enloquecer ya que aquellos que pasean lo hacen al atardecer,
ves figuras extrañas, seguramente no te lo puedas creer, pensarás que en una
pesadilla o en un sueño de magia presente estés. No sientes frío ni calor, ni
que va rápido tu corazón, en un mundo así de maravilloso no sentirás ninguna
sensación.
Y ahora vamos a fijarnos bien ¿Acaso en algún planeta las
barcas son los pies? Observa y tú lo verás, los animales que allí viven actúan
de forma peculiar, ¿Juegan o muerden, saltan o duermen? Y si te fijas un poco
más verás a un ser en una llave, ¡que quién sabe si estará mirando a la calle!,
a su lado, una calavera, que puede que esté adornando una parte de la acera. Si
eres una persona que está pendiente no puedes olvidarte de ver, que hay cabezas
que no están en el cuerpo de su propio ser.
Y tú te cuestionarás ¿Cómo funciona aquí la ley de la
gravedad? Los seres vuelan, andan sobre la marea, se cuelgan y se balancean…
nadie está mal, parece que viven sin pensar, se bañan y juegan, ni siquiera se
pelean.
¿Escuchas eso? Una mujer cantando, asomada en el hueco de lo
que parece un árbol, aunque bien es cierto que no se sabe lo que es, pues ya os
repito que parece que estamos en el mundo del revés. Si esto no os lo queréis
creer podéis marcharos, pero seguramente os lo perderéis. ¿De verdad te vas?
Deja que los hombres del agua te expliquen porque se divierten sin parar... no
tienen preocupaciones, sus vidas van genial, son seres felices que aquí siempre
se quedarán.
Para despedirme solo os voy a aclarar que de una obra de
arte seguramente se pueda tratar, observar las emociones, aquellos matices que
el autor quiere plasmar, si puedes, imagínatelo que de eso se trata cuando vas
a mirar. Puede que creas que no tiene sentido, pero créeme eso es lo que yo más
admiro. Espero que haya sido un placer, pues mis rimas es lo que han querido
pretender.
María Navarro
Maldonado.
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