Un paseo inesperado
Me despierta el ruido de
las zapatillas de estar por casa de Papá, abro los ojos y le veo justo delante mientras
se acerca a darme los buenos días. Sé que está cansado, apenas ha dormido y un
día más se está levantando para ir a trabajar y conseguir algo de dinero con el
que poder mantenernos a Mamá y a mí. Ah, y a mi futura hermanita. No puedo
dejar de pensar cuánto tiempo falta para que llegue, desde que me dijeron que
estaba ahí dentro de Mamá. Yo no me lo podía creer, ¿cómo iba a estar ahí
dentro? ¿Qué es lo hacía que no salía? ¿Sería más cómodo que estar aquí fuera?
Veo como Papá se toma un
pequeño vaso de café, se viste y sale de casa a toda prisa. No puede permitirse
llegar tarde. Muchas veces le escucho hablar con Mamá sobre ese trabajo, ellos
piensan que no les entiendo, pero lo cierto es que sé que a él no le gusta. Sin
embargo, desde que despidieron a Mamá después de contarle a su jefe que estaba
embarazada, el único dinero que viene a casa es el de Papá así que, a pesar de
su disgusto, trata de cuidarlo.
Un par de horas después,
escucho a Mamá levantarse de la cama y lo primero que hace es venir a darme un
beso mientas me pregunta qué tal he pasado la noche y si he tenido mucho frío. Después,
desayuna algo, se abriga bien y nos vamos juntos a dar un paseo. No hay nada
que me guste más que respirar el aire limpio y frío de la calle a primera hora
de la mañana, me parece una de las mejores sensaciones del mundo.
Mamá y yo paseamos con tranquilidad
por las calles de Brownsville, cuando nos encontramos con Magnus. Nuestras madres
son muy amigas, pero la verdad es que nosotros no nos hemos llevado nunca demasiado
bien. Magnus me comenta que esta noche parece que va a haber una gran partida
de Póker en Clinton Hill donde el ganador obtendrá un collar de diamantes valorado
en 460.000$. Me dice que estoy invitado, y no da tiempo a nada más después de
que nuestras madres se despidan y cada una tome un camino diferente. Volvemos a
casa un poco cansados y mientras Mamá prepara la comida, yo estoy tumbado en mi
cama y no puedo dejar de darle vueltas a la propuesta de Magnus. El Póker nunca
se me ha dado demasiado mal, y aunque sé que será muy difícil ganar, también sé
que ese dinero ayudaría mucho en casa, así que, ¡esta noche iré a Clinton Hill!
El resto del día
transcurre con normalidad, Papá llega a casa exhausto después de la jornada de
trabajo y tanto Mamá como yo le recibimos con mucha alegría y cariño. A pesar de
su cansancio, Papá siempre tiene cinco minutos para jugar conmigo y cuando
acabamos les observo comentar acerca de cómo ha ido su día y cada vez estoy más
seguro de que tengo que ir a esa partida de Póker. Cuando den las diez y media,
saldré por la pequeña ventana de la cocina. Solo espero que mientras esté
fuera, ni Mamá, ni Papá se levanten de la cama; no me gustaría asustarles si se
levantan y ven que no estoy.
El reloj marca las diez y
veintinueve, y ellos ya se han ido a dormir, así que salgo sutilmente de casa y
me dirijo hacía el barrio de Clinton Hill. Llego a la dirección que me dio
Magnus y entro. Lo primero que veo es una pequeña sala a la izquierda un poco
oscura, alumbrada solamente por una lámpara en el techo de color rojo. Parece
que todos están sentados dispuestos a empezar la partida, así que cojo asiento
entre Magnus, y un tal Erick, el cual está fumando una pipa.
La partida discurre
con mucha tensión, solo me queda una carta para poder hacer “Full”, cuando
Erick pone sus cartas en la mesa. Ha hecho “Póker”. Todas las expectativas de
poder ganar se esfuman. Erick ha ganado el collar y con ello los 460.000$.
De camino a
casa, pienso en lo ocurrido y cuando entro y veo a Papá y a Mamá durmiendo en
la cama, solo puedo pensar en que ellos me recogieron y aceptaron aún siendo
diferente, y aunque no hablemos el mismo idioma y yo esté sobre cuatro patas y
salga a la calle con collar y una correa, nuestra forma de demostrarnos el amor
supera todo ello. Quizá este no sea el hogar que más dinero tiene, pero nos
sobra amor y eso es aún más importante.
“Perros
jugando al Póker” Cassius
Marcellus Coolidge.
Referencias:
http://perrocontento.com/2015/08/10-cosas-debes-saber-sobre-la-pintura-famosa-perros-jugando-poker/
Blanca Soto Ferrera.
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