Mona Lisa
o Gioconda – Leonardo Da Vinci
La
presente obra de arte recibe el nombre de Gioconda (alegre). Perteneciente al
Renacimiento, es un retrato realizado por el pintor Leonardo Da Vinci en el
siglo XVI. Francesco del Giocondo encargó al artista el retrato de su mujer,
Lisa Gherardini, de ahí el otro nombre para la obra, Mona Lisa (señora Lisa).
Varios
testimonios afirman, como curiosidad, que mientras Da Vinci realizaba el
retrato, alrededor de la protagonista de la obra, bufones, cantantes y
bailarines trataban de hacerla reír para, de ese modo, lograr huir de la
melancolía. Esta escena llegó a ser representada por otro pintor, Cesare
Maccari, en la siguiente obra:
En cuanto
a su ubicación, la Gioconda o Mona Lisa ha sido exhibida en distintos lugares.
Fue comprada por el rey Francisco I de Francia a comienzos del siglo XVI
convirtiéndose desde ese momento en propiedad del Estado Francés. Durante el
reinado de Luis XIV se exhibió en el castillo de Versalles, pero en 1797, con
la Revolución Francesa, se trasladó al Museo del Louvre, algo a lo que se opuso
Napoleón Bonaparte ordenando que se trasladara a su dormitorio en el Palacio de
las Tullerías en 1800. Finalmente fue devuelto al Museo del Louvre en 1804,
siendo allí donde todavía se puede encontrar.
Esta,
podría considerarse una obra de pequeño tamaño, ya que sus dimensiones no
sobrepasan los 77x53 centímetros. Se trata de una pintura al óleo sobre una
tabla de álamo, una vez terminada, el pintor la retocó en numerosas ocasiones
considerándose así su última gran obra. La técnica elegida por Da Vinci para realizarla
es el esfumado, técnica que consiste en diluir el óleo y aplicar diferentes
capas muy finas, dando al cuadro un efecto vaporoso que ofrece a la pintura
unos contornos imprecisos y una profundidad, y consiguiendo también un juego de
luces y sombras para dar un aspecto más realista y natural al rostro de la
mujer. En cuanto al color original, no se puede apreciar con precisión ya que
se ha ido oscureciendo al aplicarle también varias capas de barniz para mejorar
su conservación, pero aun así se puede ver que predominan los colores apagados.
Si
analizamos los detalles de la imagen retratada, vemos como la protagonista del
cuadro está sentada, con las manos cruzadas apoyadas sobre el brazo de su
asiento, y teniendo el cuerpo ligeramente girado, su rostro mira de frente al
espectador. Tras ella vemos un paisaje natural, con montañas y un río,
destacando el hecho de que el paisaje que se ve a la derecha de la mujer no
parece ser continuación del de la izquierda, parecen ser diferentes teniendo
cada uno una altura. Si por algo es famosa esta obra, es por la expresión
facial de la mujer, que dependiendo de la perspectiva con la que se mire,
parece más o menos sonriente.
La Mona
Lisa supuso una gran influencia para la pintura de Italia desde su publicación,
rompió con lo que hasta su momento se había retratado. La mujer miraba por
primera vez de frente y directamente al espectador y sonreía con cierta
seguridad. Antes de esta obra, en los retratos realizados a mujeres, solo se
mostraba hasta medio torso de forma que el rostro, la cabeza y los hombros, ocuparan
casi toda la imagen. Aquí, por el contrario, podemos ver hasta la cintura de la
mujer y sus brazos por completo. Este conjunto de novedades en un solo cuadro,
dieron lugar a una nueva tendencia en la forma de pintar retratos influenciando
toda la pintura europea hasta el siglo XIX.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
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