El
itinerario que propongo, Madrid-Víznar (Granada), es bastante habitual desde
hace años en mi vida. Suelo utilizar un medio de transporte terrestre, ya sea
bus o coche debido a que el transporte aéreo incrementa el coste y el
aeropuerto queda bastante retirado del destino, además de las repercusiones
medioambientales que acarrea. Las principales carreteras por las que debo
discurrir antes de llegar a Víznar son la M-30, M-40 y A4 entre otras.
Una de
las comunidades de paso es Castilla- La Mancha, donde podremos observar durante
kilómetros grandes extensiones de terrenos donde se cultiva principalmente trigo. Además, durante el paso por esta comunidad,
transitaremos por pueblos como Almansa, escenario del conflicto internacional
de la Guerra de Sucesión Española (25 de
abril de 1707). Otra de las comunidades que encontraremos por el camino es
Ciudad Real, donde se encuentra el Parque Natural de Las Tablas de Daimiel, un humedal regado por el acuífero 23 y
formado en la confluencia de los ríos Guadiana y Cigüela, lo que hace de este
enclave uno de los ecosistemas más importantes de la Península Ibérica por la
riqueza que alberga en términos de flora y fauna.
A
continuación, pasaremos por el Parque Natural de Despeñaperros, situado en los
límites orientales de Sierra Morena. El desfiladero es de paso obligado, ya que
es el punto de conexión principal entre Andalucía y la Meseta por Castilla-La
Mancha. El paisaje se ve alterado por la acción antrópica al construir las
carreteras y túneles que atraviesan el parque natural para permitirnos la
llegada a Jaén, en este punto de camino a Granada dejaremos atrás el pueblo de
Bailén, conocido por albergar en sus cercanías en 1808 la batalla de Bailén que
supuso la primera derrota del ejército napoleónico en la Guerra de
Independencia Española. Finalmente tras dejar la comunidad jinense, llegamos a
Granada, provincia ubicada en una hoya (hoya de Bazán) probablemente formada en
la Era terciaria debido a un plegamiento alpino. Es probablemente, por esta
condición geográfica, uno de los factores que agravan el problema de
contaminación que sufre la ciudad.
A
escasos nueve kilómetros del centro de Granada se encuentra Víznar, una
localidad ubicada en la Sierra de la Alfaguara, la cual está dentro del Parque Natural de la Sierra de
Húetor. Como curiosidad cabe señalar que es en el tramo de carretera que une la
citada localidad con Alfacar (pueblo conlindante), donde se encuentra el parque
en honor a Federico García Lorca, lugar donde se cree que descansan sus restos
mortales.
Víznar
tiene 978 habitantes (INE, 2017), una extensión de 13km2 y una
altitud de 1050m. Si contemplamos Víznar desde su punto más alto observamos
viviendas arracimadas, generalmente de tipo independiente, todas ellas pintadas
de blanco por ley. Se trata por tanto de un enclave rural en el que gran parte
de su economía se debe al sector primario, concretamente a la ganadería ovina y
caprina. Otro fulcro importante para la economía de esta localidad es el turismo
atraído por los atractivos de la Sierra de la Alfaguara donde está inserta.
En las
proximidades del pueblo en plena Sierra de la Alfaguara aún quedan vestigios de
la Guerra Civil tales como casquillos y trincheras. En las inmediaciones de
Víznar encontramos el Palacio del Cuzco, antigua residencia estival del
Arzobispo Juan Manuel de Moscoso y Peralta, actualmente declarado monumento de
interés histórico-artístico. El palacete, en su fachada de acceso, se encuentra
anexo a la derecha de la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar. Dos grandes
pilastras de mármol sostienen el frontón, coronado con los símbolos del
arzobispado, y el escudo de armas de la familia Moscoso y Peralta. Se intuye
que, en la parte alta de los muros exteriores, hubo pinturas murales. Al
traspasar el pórtico, se alza ante nuestros ojos un espectacular jardín y un gran
edificio de una sola nave. El inmueble es de dos plantas, con grandes salas y
doble galería porticada. Las paredes de las galerías son espectaculares,
conservan aún pinturas y murales de diversos temas que van, desde los
mitológicos a los costumbristas, pastoriles y cortesanos. Incluso algunos de
estos murales, ilustran pasajes del Quijote.
En
Víznar y alrededores, podemos disfrutar del entorno natural que brinda la
citada Sierra de la Alfaguara. Posee bosques caducifolios que dotan de un gran
cromatismo a la zona que varía en función de la época del año. Toman
protagonismo las queijas, los arces y las encinas en el lado de umbría. Aunque estas
especies autóctonas gozan de un suelo arcilloso, van en declive debido a
motivos expuestos más adelante. Las coníferas están muy presentes en este
paisaje, pues muchas zonas han sido repobladas con pinos debido a la tala
masiva, incendios así como por el excesivo pastoreo. Estamos por tanto ante una
vegetación de tipo mediterráneo, aunque también encontramos pinsapos y cedros
que están presentes no de manera natural. El matorral ha cambiado debido a las
consecuencias de la acción antrópica conformando el matorral seco de
sustitución (romero, tomillo, lavanda etc…) En cuanto a la fauna lo más
representativo son jabalí, comadreja, gato montés, garduña, gineta, culebra de
escalera, lagarto ocelado, mochuelo y águila real.
Las
rocas que conforman el suelo son del mesozoico o era terciaria, sedimentarias (arenas, arcillas y yesos), muy
blandas debido a su juventud, que quedaron puestas en estratos aclinales y
sinclinales sobre los relieves morfoestructurales. La naturaleza caliza de esta
zona es una característica propedéutica para las formaciones kársticas por
erosión química del agua, es por eso que son numerosas las cuevas, siendo la
más famosa y espectacular la llamada “Cueva del agua” a solo unos kilómetros de
Puerto Lobo.
El
clima de la localidad es de tipo mediterráneo, cálido y templado con
precipitaciones medias de 545mm y una temperatura de 13.7Cº. En Julio se
alcanzan las temperaturas máximas con 24,5 ºC en el mes de julio y mínimas de 5,3 ºC en Enero por tanto, la temperatura
tiene una variación de 18,8 ºC.
Por
otro lado, estando la joya de la corona del arte nazarí más conocida como
Alhambra tan cerca de Víznar es siempre visita obligada. Se encuentra ubicada
en el barrio del Albaicín, casco antiguo de la ciudad de plano irregular con
calles estrechas y viviendas antiguas, vestigios de la conquista musulmana. Muy
recomendable pasear por la almunia del Generalife y visitar las instalaciones
de la Alhambra para disfrutar de las expresiones más características del arte
nazarí tales como los atauriques, los arcos de medio punto peraltados y
angrelados y las bóvedas mocárabes. El mirador de San Nicolás ofrece una vista privilegiada
tanto de la Alhambra como del Generalife con Sierra Nevada detrás.
Después
para completar la visita conviene conocer El Sacromonte de Granada pues ofrece
la variada geografía granadina: montaña, vega, y ríos amén de una rica variedad
étnica: árabes, judíos, castellanos y, gitanos con un tipo de vivienda
característico de la zona, la cueva. El cerro rojizo, seco, erizado de pitas y
chumeras ofrece panoramas de belleza indescriptible: el conjunto de las torres
de la Alhambra, las laderas blancas del caserío albaicinero y el verdor del
Valle de Valparaíso por donde discurre el Darro que, nace en la Sierra de
Huétor. Las cuevas del Sacromonte en Granada han sido hogar durante siglos de
gitanos, bohemios y artistas flamencos. Alma poseída de profundas pasiones y
oscuros misterios que se expresan en el espectáculo de sus Zambras. Magnífico
sitio para concluir el itinerario disfrutando del arte granadino en todas sus
vertientes y de su gastronomía acompañada de una buena sesión de flamenco. Una
maravillosa tierra donde volver una y otra vez.
GRANADA
Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.
Una vestida de verde,
otra de malva, y la otra,
un corselete escocés
con cintas hasta la cola.
Las que van delante, garzas
la que va detrás, paloma,
abren por las alamedas
muselinas misteriosas.
¡Ay, qué oscura está la Alhambra!
¿Adónde irán las manolas
mientras sufren en la umbría
el surtidor y la rosa?
¿Qué galanes las esperan?
¿Bajo qué mirto reposan?
¿Qué manos roban perfumes
a sus dos flores redondas?
Nadie va con ellas, nadie;
dos garzas y una paloma.
Pero en el mundo hay galanes
que se tapan con las hojas.
La catedral ha dejado
bronces que la brisa toma;
El Genil duerme a sus bueyes
y el Dauro a sus mariposas.
La noche viene cargada
con sus colinas de sombra;
una enseña los zapatos
entre volantes de blonda;
la mayor abre sus ojos
y la menor los entorna.
¿Quién serán aquellas tres
de alto pecho y larga cola?
¿Por qué agitan los pañuelos?
¿Adónde irán a estas horas?
Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.
Federico
García Lorca
Datos poblacionales de Víznar
Poema de Lorca-Granada
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