Nos encontramos en Leganés, un municipio que forma parte de la Comunidad de Madrid.
Situado a once kilómetros al
sudoeste de la capital, su población es de 187.720 habitantes, convirtiéndola
en la quinta localidad madrileña más poblada. Esta localidad está ubicada en
una llanura de la Meseta Central de la Península Ibérica, y es atravesada por
el cauce del arroyo Butarque. Cuenta con edificios históricos como el Cuartel
de las Reales Guardias Valonas, diseñado por Francisco Sabatini en el siglo
XVIII y que hoy en día es utilizado por la Universidad Carlos III de Madrid.
A
su vez, cuenta con el parque de Polvoranca, una zona de estepa cerealista
pantanosa, uno de los parques semiurbanos más grandes de la provincia de
Madrid, ideal para pasar una tarde en familia.
Leganés, en general, está muy
urbanizado, por lo que en las afueras de la ciudad es donde se encuentran
diversas especies de herbáceas y arbustos autóctonos. Eran frecuentes las
encinas pequeñas, o también denominadas carrascas, pero debido a la urbanización
de las zonas desaparecieron. De ahí recibe el nombre “El Carrascal”, un barrio
de Leganés.
El clima es mediterráneo continentalizado, ya que es propio de
zonas alejadas a gran distancia del mar. Todos estos rasgos caracterizan a
Leganés.
¿Por
qué me estás contando esto? Os preguntareis. Pues porque hasta en las
zonas con más historia suena el despertador a las 6:30 de la
mañana.
Hoy hemos amanecido
con niebla, nieblas que reducen la visibilidad. La contaminación favorece que
se formen estas nieblas. Por un lado, cuando existe un gran porcentaje de
contaminación encendemos más la calefacción porque bajan las temperaturas.
El primer medio de transporte que
utilizo es el coche, ya que desde mi casa al metro hay un largo camino,
mientras que en coche tardo 5 minutos. Cierto es que podía levantarme un poco
antes e ir andando, pero ya todo el trayecto que hago a la universidad es
bastante largo y de donde pueda recortar lo haré.
En cuanto al metro, es el medio de
transporte público por excelencia. Madrid es enorme, pero existe un mundo bajo
nuestros pies mucho más enorme todavía, ya que el metro abarca 324 kilómetros
de red y consta de más 300 estaciones.
Analizando las
líneas que tengo que coger, observo que la línea 12 de Metrosur es la más
larga, con casi 41 kilómetros, la línea 6, la más concurrida, ya que engloba
parte de las estaciones más importantes, así como las paradas universitarias, y
la línea 10, la que más problemas y paros de huelga me ha dado, sobre todo, en
hora punta, que es cuando mejor sienta y la mejor medicina para empezar bien el
día.
Aun
así, y como bien dice el Rey Baltasar en esta foto, el secreto para llegar a
todas partes es Metro.
En el metro vamos inmersos en nuestro
mundo, ya sea por el móvil, tablet o libro. A mí, especialmente, me encanta
observar a la gente, me suelo montar películas con ciertas situaciones, ya que
es un lugar en el que confluyen todo tipo de razas y personalidades diferentes.
Me hace especial ilusión ver a la gente leyendo, ya que, para mí, un libro te
está recomendando a una persona.
Tenemos que leer, ya que aumenta
notablemente nuestro vocabulario, se entrena el cerebro, se aumenta la
concentración, y siempre tendrás un tema de conversación, no existe nada más
atrayente que una mente activa que te aporte cosas desconocidas. A su vez, los
libros son capaces de promover un desarrollo emocional del que verdaderamente
no somos conscientes, ya que cada libro expresa un contexto, personajes y
situaciones muy diferentes. Esto genera una empatía y tolerancia que podemos
traspasar lo que estamos leyendo a la vida real.
En el recorrido que realizo hasta
llegar a la universidad, cojo un total de tres metros, en los cuales he podido
observar referentes literarios, como son pequeños fragmentos de libros y
poesías ganadores de premios en el año 2017. Es una manera rápida de sacar
libros a la calle y motivar a la gente para que lea, ya que leer es crecer y
descubrir.
Otra
situación que me encantó ver fue como un hombre en la estación de la
Universidad vendía 1 libro por 3 euros, y dos libros por 5 euros. No existen
excusas, quien no lee es porque no quiere, ya que el mundo se lo pone muy fácil
para realizarlo. Libros de todo tipo, de distintas temáticas, abierto a una
amplia variedad de gustos e intereses.
El periódico es otro documento que
requiere de nuestra lectura, ya que nos informa diariamente de lo que sucede en
nuestro país y en el resto del mundo. Nos aporta un gran acceso a nuestra
sociedad para entenderla y analizarla. Digo esto porque es algo muy evidente,
pero muy poco extendido. Observando a mi alrededor, la gran mayoría de las
personas que leen el periódico es gente mayor, ya que los jóvenes nos escudamos
en “tengo el móvil para mirarlo o ya lo dirán por la tele”.
El periódico es un medio de comunicación
que nunca podrá ser remplazado a pesar de la evolución de la tecnología.
Existe una cultura no escrita del
metro, como ceder tu asiento a una persona mayor (que es vergonzoso ver lo que
cuesta) hasta colocarse estratégicamente en la puerta que posteriormente te
deja más cerca de la salida. Esas son cosas que vamos aprendiendo, por lo que
el transporte público es, como todo en esta vida, un aprendizaje. En la foto no
se observa bien, pero dice:
Tú
haces metro. Tú música con auriculares. La mochila en el suelo. Por teléfono en
voz baja. No te sientes en el suelo. Cede el asiento. No obstaculices la
salida…y SONRÍE.
Pequeñas cosas muy básicas, pero muy necesarias y muy poco llevadas a la práctica.
Es un recorrido que realizo a
diario, pero nunca miro más allá ni me pongo a analizar todos los elementos que
lo confluyen.
Esto no acaba aqui, ya que además, en los espacios publicitarios habilitados en el metro me encuentro con esto:
El musical de Anastasia, una forma
de teatro combinando música, canción, diálogo, baile. Apto para todos los
públicos y muy atrayente para niños pequeños. Todo empieza desde la base, si
formamos a nuestros hijos/a en la lectura, en el teatro, obtendrán esos hábitos
desarrollándolos en un futuro.
Estamos rodeados de cultura, sólo tenemos que
abrir los ojos y la mente para enriquecernos de ella.
En cuanto al entorno, al ir en
metro no suelo observar mucho paisaje natural, lo único, cuando llego a las
estaciones de Batán y Lago que se puede ver el exterior por las ventanas del
metro, y que se encuentran cerca de Casa de Campo. Casa de Campo cuenta con
1722,60 hectáreas, y en su interior se encuentran diversas instalaciones como
son el Parque de Atracciones, el Zoológico, el Teleférico, etc. Es un gran
espacio de valor ambiental ya que cuenta con una biodiversidad vegetal y
faunística excepcional. Desde este parque se divisan el Monte de El Pardo y la
Sierra de Guadarrama. El encinar es la vegetación potencial de la Casa de
Campo. Pero esta observación dura muy poco ya que llegamos a Príncipe Pío,
donde los árboles se traducen en aglomeraciones de gente.
En lo que se refiere a la población,
vivimos en un mundo donde habitan personas de edades, sexos, lenguas, salud y
estilos de vida diferentes. El 1 de
enero de 2018 había un total de 3.221.824 habitantes en la Comunidad de Madrid,
donde el 53,4 % son mujeres frente al 46,6% que son hombres. Altísima densidad
de población de 5.337, 77 habitantes por kilómetro cuadrado.
En lo que se refiere a la
nacionalidad, la población extranjera asciende a 422.700 personas, suponiendo
un incremento del 7% respecto al 2017.
La estructura demográfica de una
población representa los comportamientos de carácter individual o social y la
influencia que éstos ejercen. Ahora mismo, la figura de la pirámide de la
población es estrecha en su base y se ensancha en la cúpula, lo que representa
una sociedad envejecida, así como un descenso de la natalidad. Según el
Instituto Nacional de Estadística, en el año 2017 se presentaba en la Comunidad
de Madrid una tasa de natalidad del 9,30%, y una tasa de mortalidad del 7,23%.
La edad promedio en 2018 se sitúa
en los 44 años. Existe un porcentaje mayor de jóvenes inmigrantes (24,3% frente
al 13,9% de españoles) que de personas que superen la edad de 65 años y sean
inmigrantes (22,9 % españoles frente al 3,6% de extranjeros).
Todos estos datos están sacados de
estadísticas, pero puedes ser consciente de ello en el metro, donde se reúne un
montón de gente con diversas características.
Da igual de dónde vengas y hacia
dónde vayas, cada persona es distinta y se debe establecer una relación de
respeto y empatía ya que desconocemos por lo que está pasando esa persona. Algo tan sencillo como dedicar una sonrisa a alguien, puede cambiar su día o hacérselo menos malo.
Dejando atrás ese submundo llamado
Metro, nos ponemos en contacto con el mundo exterior. En cuanto al clima de
Madrid, en otoño bajan las temperaturas y crecen las precipitaciones, rondando
una media de 50-55 mm. La temperatura
media suele rondar entre los 5 grados de mínima y 13 grados de máxima, teniendo
un clima mediterráneo. La temperatura dentro de la ciudad es mayor que en las
afueras. Me fascina ver el suelo teñido de rojo y ocre por las hojas que caen.
La naturaleza, al igual que
nosotros, se va renovando. Las hojas caen, pero crecerán hojas mucho más
bonitas en el pleno apogeo de la primavera.
Del camino que hay desde el metro
hacia la Universidad se pueden observar muchos edificios y poca naturaleza, lo
que te hace recordar que estás en pleno centro de Madrid.
Madrid tiene una latitud, expresada
en grados y minutos de N40°24'59.4" y una altitud sobre el nivel del mar
de 665 metros.
La Comunidad de Madrid se encuentra
en el centro de la península ibérica. Se convirtió en comunidad autónoma el 25
de febrero de 1983 por su gran importancia económica, demográfica y política.
En lo que se refiere al relieve,
destacan la sierra y las llanuras del valle del Tajo. Madrid es una región con
gran variedad ecológica. En cuanto a los ríos de la Comunidad de Madrid, no
atraviesan los grandes núcleos de población. La mayoría de ellos se canalizan a
través del río Jarama, y dos afluentes del Tajo: el Guadarrama y el Alberche.
Es de vital importancia conocer el
entorno y respetarlo, ya que, sino en un futuro no podremos vivir en él, o si
lo hacemos, serán en unas condiciones pésimas.
Por ello tenemos que cuidar el
medio ambiente, con pequeñas acciones se forma un mundo mucho más grande y
mejor.
Algo tan sencillo como reciclar, no
tirar basura al suelo, utilizar más el transporte público antes que el coche, favorecerán
que tengamos y, sobre todo, tengan nuestros hijos, un mundo mejor.
Ya he llegado a mi destino, por lo que os dejo el itinerario que tengo que realizar para ello.
Jessica Vicente Martín
Bibliografía
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